Mellizos que no sabían de la existencia del otro, se reencontraron a los 48 años en Catamarca

Adrián Quiroga, oriundo de la localidad de Fiambalá del departamento catamarqueño Tinogasta, logró reencontrarse el pasado viernes con su hermano mellizo David, o “Kico”, como los llaman sus amigos, luego de una larga búsqueda, que decidió emprender con los pocos datos que tenía sobre sus padres biológicos. “Yo quería saber de mis orígenes y me imaginé que iba a encontrar una hermana o un hermano, pero nunca un mellizo. Cuando lo vi, era como verme a mí mismo”, relató emocionado a Catamarca/12.

El hombre contó que “yo cuando nací me dieron en adopción, pero una tía mía (biológica) se enteró y se lo llevó a él para criarlo. Él a su tía le decía mamá”, explicó Adrián, que actualmente se desempeña como periodista en la localidad fiambalense.

Con respecto a él, indicó que fue acogido por una familia que “me crió de la mejor manera y por ser hijo único, nunca me hicieron faltar nada, por el contrario, pero a los 23 o 24 años empecé la búsqueda, nunca con la idea de reemplazar a nadie, sino porque quería conocer más sobre mi identidad”.

“Mi papá y mamá me habían contado algunas cosas, pero no sabía el nombre certero de mi mamá biológica, aunque de mi padre biológico sí tenía el los datos completos. Un día me animé e hice contacto por teléfono, pero no me quiso dar los datos de mi madre, se hacía el desentendido, porque se ve que la familia de ahora no sabía nada de esto y no quería hablar del tema. Es más, pasados unos años insistí y me atendió una chica y cuando le dije que era su hermano biológico, directamente me cortó”, relató.

Pasado el tiempo, Adrián decidió reiniciar la búsqueda y en este caso apeló a Facebook, donde publicó un posteo contando su historia junto a los pocos datos que poseía y había logrado averiguar. “Fue la redacción más difícil que me tocó hacer y la publiqué el 12 de septiembre pasado, pero no tuve mayores novedades hasta que el 13 de octubre, veo que me llega un mensaje privado. Lo abro y era de una asociación de Belén. El hombre que me escribía me decía que tenía un amigo que buscaba a su hermano y cuando me mostró la foto, éramos dos gotas de agua”.

Luego de varios llamados telefónicos en los que los hermanos pudieron ponerse al día y, entre otras cosas, se enteró que su madre biológica vivió en el Norte de Belén hasta su fallecimiento, hace cinco años atrás, quedaron en verse, pero el momento no se daba, por un motivo u otro.

Hasta que el viernes pasado, un amigo en común que tuvieron todo este tiempo, pero que también desconocía el parentesco, le contó que su hermano iría a la ciudad de Tinogasta por cuestiones de trabajo, por lo que se dirigió hasta el lugar para reencontrarse con su mellizo y darle una sorpresa.

“Me fui por atrás y lo sorprendí. Cuando nos vimos fue una sensación muy difícil de describir, muy emocionante”, contó, agregando que en varias oportunidades había pensado en dejar de buscar, pero su esposa lo incentivó para que siga. “Siempre sentía una atracción por Belén y quería ir por distintos motivos, será que la sangre llama”, reflexionó.

Sobre el diálogo que se dio en el reencuentro, al que hizo partícipes a algunos de sus ocho hijos y nietos, dijo que se contaron que “los dos fuimos criados por buenas familias, tuvimos excelentes padres, es más, yo siempre fui un mimado. Creo que a veces, simplemente, Dios pone las cosas en su lugar e hizo que nos conozcamos a los 48 años”.

De acuerdo a la información que pudieron poner en común Kico y Adrián, este último nació primero (ambos prematuros) y el parto de su hermano sucedió unas tres horas después. “Me hubiera gustado conocer a mi madre biológica, pero no para hacerle ningún reclamo ni nada de eso. No tengo resentimientos, tuve y tengo una vida muy feliz y no soy quien para juzgarla, así que no tengo reproches ni cuestionamientos”, expresó, agregando que “por el contrario, le agradezco a ella que me dio la vida”.

*Tomado de Página 12 – Argentina