27 de junio 1973 – 27 de junio 2023 Asamblea General a 50 años del Golpe de Estado

Diputada Sylvia Ibarguren – Espacio Contratado

Quiero compartir con ustedes una parte de la vida de mi familia que está directamente enlazada con el pasado reciente. El 27 de junio de 1973 yo tenía 1 año y 4 meses, vivía con mis abuelos paternos en Fray Bentos, un año antes, los primeros días junio del 1972 las Fuerzas Conjuntas habían detenido a mis padres por pertenecer al MLN, cerca del mediodía llegaron a la casa donde vivíamos con mis padres: Nora de 22 años y Juan Carlos de 29 años, mi hermano mayor Damián que por entonces estaba por cumplir los 2 años, y en ese momento estaba en la casa de los abuelo, yo tenía 3 meses y me dejaron con una vecina, se los llevaron encapuchados en un vehículo militar al Batallón N° 9 ,
mi madre logra que la liberen y entra en la clandestinidad y rápidamente sale del país ; mi padre quedó detenido junto a una treintena de compañeros y compañeras que cayeron por esos días en Fray Bentos y en Nuevo Berlín. En noviembre de 1972 es trasladado al Penal de Libertad donde permanece hasta noviembre de 1979.
Me crié con mis abuelos paternos, mientras mi hermano vivía en Argentina con mi abuela materna, ella era la que nos llevaba al Penal, a mi me gustaba ir al Penal, principalmente porque ese día estaba todo el día con mi hermano a quién veía con poca frecuencia y además veíamos juntos a nuestro padre. A mi me decían que mi padre estaba trabajando en el Penal, yo era muy chica y no tengo tantos recuerdos, ni comprendía que estábamos en Dictadura, ni lo que eso significaba.
En enero del 79, a poco días de cumplir 7 años, me llevan a Buenos Aires donde vivían mi hermano y mi abuela y ahí conozco a mi madre y a finales del mismo años cuando liberan a mi padre nos juntamos los 4 integrantes de la familia nuevamente, mediados del 80 nos exiliamos en Suecia hasta 1985 cuando volvemos a Uruguay y a Fray Bentos.
Me quiero detener en las visitas al Penal, la ONDA nos dejaba en la Ruta 1 y ahí caminábamos hasta el Penal junto a muchos otros niños y niñas que también iban a ver a su padre o su abuelo junto con sus madres, abuelas abuelos, tías, tíos, era una larga caminata. Luego nos separaban a niños menores de 12 y adultos y niños mayores de 12 años, esos niños de 12 años venían a sus padres a través de un
vidrio, sin contacto físico. Esperábamos muchas horas en un salón hasta que nos llamaban por el número de nuestro padre para revisarnos, ese era el terreno de Amanda, militar encargada de los niños, nefasto personaje que generaba terror colectivo en todos nosotros. Luego de revisarnos nos habilitaban a ver a nuestro padre y jugar con él en un arenero, por un rato siempre corto.
Nunca me sentí un víctima, creo que todo lo contrario, cuando fui más grande y comencé a tomar conciencia, cuando comencé a entender los que era la dictadura y el terrorismo de Estado, cuando comencé a escuchar las historias de otros exiliados, de niños huérfanos de madre o padre porque habían sido asesinados por la Dictadura, porque estaban desaparecidos o aún permanecían retenidos, niños nacidos en cautiverio, niños robados por los militares, niños a los que aún siguen
buscando; el sentimiento que yo tenía era de una especie de alivio y también de un poco de culpa por tener la suerte de tener a mis padres con vida y estar los 4 juntos.
Hace unos años estaba estaba escuchando un programa de radio, y un hombre hablaba sobre cuando iba a visitar a su padre al penal de Libertad y contaba como recordaba que lo tenían mucho rato en ropa interior pasando frío, en el lugar que te revisaban, previo a entrar. En ese instante me di cuenta que ese recuerdo semibloqueado que tenía en la cabeza no era invento, y claramente me vi arriba de una silla o mesa, tendría quizás 5 o 6 años, en ropa interior, tiritando de frío, abrazando mi cuerpo desnudo, sintiendo miedo y vergüenza ante la mirada de burla y desprecio de varias milicas.
Recién entonces comprendí que también nosotros, los gurises que ibamos al Penal fuimos víctimas de Terrorismo de Estado.
Este relato que tengo el privilegio de contar ante esta Asamblea General, es similar al relato de miles de niños y niñas de entonces, en mi relato el de todos ellos !!
¡NUNCA MÁS Terrorismo de Estado ! ¡ NUNCA MÁS Dictadura !